Tal como estaba previsto, el avispero
se dividía en dos secciones a su paso por Bañaderos. Aquellos de nosotros que
optábamos por la alternativa de Firgas, comenzábamos justo en el citado pueblo
una ascensión de 13 kilómetros cuya senda nos llevaría por Trapiche en primer
lugar, algo exigente en sus primeras rampas y más accesible en su tramo
posterior; Cambalud, donde se inicia una subida progresiva que va cobrando
dureza conforme se avanza hacia Firgas, (la "supercuesta" de Firgas
justo en la llegada al pueblo constituye el plato fuerte de la subida); y
finalmente, tras tres kilómetros más de cierta exigencia, el cruce de Los
Chorros, punto de coronación para nosotros a esta larga ascensión.
Ya desde los primeros tramos de
Trapiche, el grupo dio muestras de encontrarse muy bien, una sensación que no
decaería en ningún momento. Algunos de los integrantes de la grupeta (una
grupeta algo desperdigada) marchaban por delante llevados por las buenas
impresiones que experimentaban a tenor de sus fuerzas. Entre los que integraban
esta parte del grupo, cabe destacar a Salvador: mostró un optimo nivel de forma
que a buen seguro irá a mejor en las próximas semanas. Qué decir de Yeray,
nuestro "Pantani" una vez más demostró que la montaña es lo suyo.
Sube con una facilidad increíble. Y es que al igual que ocurría con la leyenda
italiana del ciclismo, da la sensación de que cuando la carretera se empina
para él ¡sigue siendo llano!. En general el resto de los formaban esta parte
del grupo (disculpen que no les mencione, pues no controlo aun los nombres)
dejaron muy buena impresión a lo largo de toda la etapa.
Por detrás, a un ritmo algo más
sosegado y divididos en dos pequeños grupos marchaban Joseba junto a Manuel,
Teo, Fernando, Sergio el "líder", Manolo, Ernesto "el
gregario" (hoy haciendo las veces de capitán de esta parte del avispero) y
alguno más (disculpen nuevamente mi mala memoria). De este modo, con pequeños
reagrupamientos en Cambalud, Firgas y Los Chorros se fue completando una subida
en la que a lo largo de sus tramos se iba repitiendo esta pauta, subida en la
que todos disfrutamos del buen ambiente y las buenas sensaciones, y que dejó
paso a una cómoda bajada a través de Los Portales y Arucas en dirección a Las
Palmas, donde como ya es tradición nos tomamos las coca-colas de la victoria.
Al igual que los que marcharon por
delante, el resto dejó también buenas sensaciones, en especial Manolo, que
siguiendo los consejos de Sergio y Ernesto, reguló muy bien en la subida de
Firgas para afrontar este duro tramo sin arrugarse lo más mínimo. Y no sólo
eso, sino que fue de menos a más, incrementando notablemente el ritmo en los
últimos kilómetros de ascensión. Por su parte, tanto Manuel como Teo y Fernando
subieron sobradamente, y es que hay en ellos buenos mimbres de ciclista. Cabe
por último resaltar la colaboración de Sergio en la tarea de mantener un ritmo
adecuado en la parte trasera que facilitó la subida a los que en ese grupo nos
hallábamos, así como a quien se despide de nosotros: Joseba, que en breve regresa
a Euskadi, su tierra. Hombre de enormes cualidades sobre la bici, que demostró
una gran implicación en la grupeta, marcando el ritmo cuando era preciso y
descolgándose periódicamente para interesarse por los que iban por detrás.
¡Hasta siempre y mucha suerte compañero!
Joseba te nos vas a tu tierra, pero aqui en el Avispero te recordaremos mucho. Calastes hondo amigo. Notaremos tu falta, gracias por haber compartido con nosotros estos ratos. Espero en un futuro que volvamos a rodar juntos.
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