El miércoles 28 de mayo volábamos a Valencia para dirigirnos a Marina Dór y poder estar en la salida de nuestra prueba cicloturista soñada de este año 2014, "LA TITANICA".
Manolo "El Sargento de hierro" y Carmen estaban tan ilusionados como Marisa y el Abuelito, yo diría que estaban hasta nerviosos, si....si, muy nerviosos en la espera del aeropuerto. Yo intentaba tranquilizarme y cada vez que podía, intentaba centrarme en como debía de hacer la etapa, intentaba "vivir" posibles situaciones y pensar como debía resolverlas. Quería pensar en todas las posibles variables que pudieran ocurrir en la cicloturista y pensar como debíamos actuar en cada uno de los momentos.En mí esto es normal, para mí, la estrategia es obsesión.
Avanzamos en nuestra "etapa"............... Llegamos a Marina Dór y nos dispusimos a sacar de las maletas de viaje las bicis, montarlas y prepararlas para el entrenamiento del día siguiente.
Una vez realizado el trabajo, notamos la primera falta. Manolo se había dejado la banda del pulsometro en casa..........puafff , "estaría ciego" en la ciclo-turista. Yo había practicado en las ultimas salidas esa posibilidad dejando el pulsometro en casa. En otra salida, dejé el reloj para acostumbrarme a ir por sensaciones, por si el día clave algo fallara haber experimentado con anterioridad lo que se siente sin tener estas ayudas.......Si, soy un chico previsor.....je,je.
Marina D'or tiene unas enorme instalaciones de hospedaje y recreo, es una ciudad turística 100%, donde se puede hacer turismo de sol y playa, además de ciclismo o algunos deportes al aire libre.
El Jueves por la mañana, Manolo, el Abuelito y yo nos dispusimos a reconocer la salida y el primer puerto, el puerto de Cabanes (puerto que da nombre a la localidad que se alza junto a el).
Lo primero que tuvimos, es la molestia de saltar los innumerables obstáculos ("guardias acostados" le llamamos nosotros) que pusieron en la carretera para impedir que los vehículos anden a mas velocidad de lo aconsejable, un fastidio ir dando saltitos continuamente durante los 4 kilómetros de calles hasta llegar a la base del puerto de Cabanes donde rápidamente, entramos en calor, pues el Sargento quiso probarse y subió a plato todo el puerto. El Abuelito hizo lo mismo y yo me retorcí en la bici haciendo lo que podía detrás de estos "animalitos". Después de terminar la subida y entrar en el pueblo de Cabanes, vimos que los carteles indicadores de la ruta, estaban colocados en los cruces, con lo que pudimos seguir la etapa sin demasiados problemas y logramos salir del pueblo y entrar en unas rectas de kilómetros con ligeros toboganes y viento lateral.
Hago una reseña especial : En todas las salidas que hicimos en la zona, la ausencia de trafico rodado es norma de la casa, aquí parece que los coches no existen, es un lugar paradisíaco para las bicis y el ciclismo.
Como el tiempo se nos terminaba, tuvimos que poner proa a Marina D'or y regresar tras nuestros pasos, los mismos que tendríamos también que hacer el día de la prueba.
La primera toma de contacto nos aportaba que la primera parte de la ruta seria por buena carretera y nos hizo pensar que en la subida al puerto de Cabanes se rompería el pelotón y aquí tendríamos que estar muy atentos para no perder rueda, pues el terreno después seria muy propicio para andar en grupo y si entrabamos en el corte, podríamos avanzar hasta la siguiente subida instalados en el paquete sin tener que dar la cara.
El viernes volvimos a realizar la misma ruta pero ampliando el trayecto hasta subir el segundo puerto "COSTUR" y de esta forma podríamos saber como serian los primeros 40 kilómetros y sabríamos como podríamos subir los dos primeros puertos.
Esta vez,subimos el puerto de Cabanes con plato pequeño, nada de plato grande como la primera vez, y amigos...... subimos ligeramente mas rápidos y con 8 pulsaciones medias menos, ademas de llevar las piernas mas sueltas y no acumular demasiados esfuerzos.
Después de pasar el pueblo de Cabanes y ponerme a rueda del Sargento y del Abuelito llaneando hasta el principio de puerto de Costur, éste nos recibió con una rampa del 16% con mas de 250 mts de distancia para empezar a aflojar la pendiente, y de paso aflojarnos las piernas y bajarnos la moral pues, 250 mts de distancia al 16% de pendiente pone "las piernas a caldo", máxime cuando la pendiente baja poco a poco al 14%, al 12% al 10% y después al 8% para completar el primer kilómetro trecientos metros de ascensión y desde aquí pasar a tener una inclinación muy llevadera, pero dejando ese primer kilómetro y pico a mas de uno tocados y asustados por su dureza, haciendo replantearnos como deberíamos de afrontarlo en carrera.
En esta subida a Costur, "El Sargento"volvió a demostrar el magnifico estado de forma que tiene y marcó un ritmo duro desde el primer metro al que el Abuelito siguió con mucho esfuerzo y yo me retorcí a su rueda metiendo el 34x28 desde el principio, mientras que el Abuelito jugaba con el piñón 24 y el piñón 28 para salvar este primer kilómetro.
Una vez completada esta subida, volvimos a dar la vuelta y deshicimos el camino hasta casa.
Cuando llegó la hora de cenar, los nervios empezaban a aflorar, "El abuelito" sonreía pues era consciente de que los nervios estaban a flor de piel, y las dudas nos asaltaban a todos, el nos decia con voz tranquila que nuestro entrenamiento de este año había sido bueno y nuestra forma física nos llevaría a lograr entrar en la clasificación al final de la prueba. Nos transmitía la seguridad de que si no había ningún contratiempo inesperado, deberíamos de hacer la prueba y encima quedar en un buen puesto, a lo cual el Sargento decía que el se conformaba con llegar, que no era poco, pues nos habíamos dedicado el día anterior a ver la ruta (200 kms en coche) y habíamos comprobado que el nombre de TITANICA no era por darle al marketing una palabra que evocara dureza, pues era realmente dura y como decía la organización, quien la termine en tiempo podrá decir que es un TITAN, pues terminar la prueba no seria una cosa fácil.
Caímos todos en la cama y en pocos minutos estábamos durmiendo (no es fácil esto, pues los nervios juegan muy malas pasadas e impiden conciliar el sueño a mas de uno), dormimos de un tirón y nos despertamos poco antes de que el despertador sonara.
Desayunamos todos y la tensión y los nervios se hacían notar en la mesa, también se notaba el buen ambiente y el buen rollo que entre todos teníamos, pero eso si, todo envuelto en unos nervios contenidos.
Una vez habíamos desayunado, con tiempo preparamos el vestuario y nos colocamos en cada bolsillo los geles y las barritas oportunas, el impermeable, pues hay que prever lo imprevisible y en estas largas marchas de pronto puede hacer sol o de pronto puede llover.
Esta marcha a diferencia de otra, no hay alta montaña, por lo que no deberíamos de pasar frio, pues en las etapas de alta montaña la diferencia de altura hace que exista una gran diferencia de temperatura y por lo tanto debemos de usar ropa y accesorios (chalecos, pernera, guantes largos, etc) que los canarios no estamos muy habituados a llevar, es mas, muchos no lo tienen en su armario......
Cuando llegamos a la salida, los nervios se hicieron mas evidentes, pues nos encontramos con 300 ciclistas que ya ocupaban los puestos mas cercanos al arco de salida y el ambiente nos decía que pronto todo lo que habíamos realizado este año cobraría sentido. Todos nuestros entrenamientos habían ido destinados a este día, por lo que hoy tocaba examen.....¡Si!.....examen. Si habías trabajado bien en tus entrenamientos hoy podrías demostrarlo, si tu trabajo había sido malo.......también saldría a relucir, pero con mala nota.
Una vez colocados en la cola de la salida, intenté concentrarme y pensar en que tenia que hacer desde que pasara el arco de meta, intentar adelantar siguiendo las ruedas del Abuelito y del Sargento, pero teniendo cuidado de no caernos (es fácil hacerlo en los primeros kilómetros pues se rueda muy de prisa y todos queremos ganar posiciones a primera hora). Para este trabajo de hacerse hueco, contamos con la experiencia del Abuelito, nosotros solo tenemos que seguirle sin titubear. Después cuando llegue la montaña,El Sargento deberá de marcar un ritmo, pues él es el mas fuerte cuando las cuestas asoman y en la bajada, nuevamente la experiencia del Abuelito nos conducirá con seguridad, dejando el llano para hacer relevos y dejando al Abuelito la estrategia de la ruta, eso de cuando apretar y cuando descansar, cuando coger agua y comer, etc. Será nuestro capitán.
Los minutos pasaron rápidamente, nuestros ojos no paraban de ver maquinas espectaculares, parecía que todos los asistentes eran verdaderos profesionales. Piernas musculadas y bicicletas de 9.000 € era lo normal que veíamos. Las ruedas tubulares y llantas de carbono, al parecer las regalaban, pues habían mas ruedas de este tipo que en un pelotón profesional. Manolo y yo nos mirábamos y nos reíamos (por no llorar) al comparar nuestro material con lo que llevaban estos chicos.......je,je.
Llegó la hora de la salida y de pronto...............clac, clac,clac, clac,clac.........un ruido repetitivo y atronador, clac,clac, clac, eran el ruido de las calas al penetrar en los pedales automáticos. Manolo me miró sorprendido y yo le confirmé lo que sus ojos y su cara delataban, Sí, si, Manolo, son los pedales automáticos de los ciclistas los que están haciendo este ruido. Son 1070 ciclistas los que estamos haciendo la misma acción al colocarnos en la bici........¡¡¡Guauuuuufffff que subidon!!!!
El corazón aceleró como un Ferrari.......Guauuuuuffff este empieza ya.........¡Vamos, vamos.....!
Con dificultades, pasamos por el arco de meta y unas vez pasado éste aceleramos a tope. El Abuelito ganaba posiciones y el Sargento a su rueda, como si fueran en Tandem,¡ que bien se compenetran los dos!, mientras yo intentaba no perder rueda. En un plis plas habíamos salido de Marina D'or y nos encontrábamos llegando al puerto de montaña de Cabanes (1º puerto del día). En este momento miré y me di cuenta que habíamos ganado muchas posiciones y ocupábamos la sexta fila del pelotón, ¡que barbaridad! ¿como pudimos ganar tantos puestos?. Nada mas comenzar la subida, empezamos a ver que unos apretaban y otros no podían seguir el ritmo, por lo que los cambios de posición eran muy frecuentes, y se subía a buen ritmo sin demasiados tirones.
En estos primeros kilómetros de subida, el Abuelito marcaba el ritmo y miraba hacia atrás esperando que el Sargento ocupara la posición de primera del equipo, pero algo le pasaba, pues el Sargento no iba cómodo en estos primeros momentos y tenia que hacer la goma, pues no podía soportar el ritmo demasiado vivo que se había colocado en los primeros 5 kilómetros de subida, llegando a romperse el pelotón y dividiéndose nuestro grupo en dos, El Abuelito en el primer grupo y el Sargento y yo en el segundo grupo a unos 70/80 metros.
El Abuelito coge conciencia de lo que ocurre y se pone a la cola del grupo, esperando que podamos contactar con él y mas tarde se descuelga para volver a juntarnos en equipo. El Sargento hace un esfuerzo y salta del segundo grupo contactando con el Abuelito y entre los dos tiran, intentando volver a entrar en el primer pelotón, pero las piernas están algo bloqueadas pues pasaron de estar frías y recibir la solicitud de máximo esfuerzo sin haber calentado ........y no pudimos asimilar este cambio tan brusco.
Coronamos y nos lanzamos en la corta bajada hasta el pueblo de Cabanes, cruzando sus calles a toda velocidad pues estábamos jugando la posibilidad de enlazar nuevamente con ellos, hasta que a la salida del pueblo entrabamos en unas grandes rectas y observamos que la ventaja del pelotón era ya de 400 metros y aunque el Abuelito y el Sargento son buenos rodadores, dos personas son muy pocas para dar replica a un pelotón de 200 personas. Por lo que el Abuelito mandó cortar el esfuerzo y dejarnos capturar por el siguiente pelotón, pues seria mas fácil ir con ellos que trabajar solos. Efectivamente, en pocos minutos fuimos absorbidos por un pelotón de unas 60 personas y "volamos" con ellos, pasando el primer punto de avituallamiento donde vimos que muy pocos pararon en el, tomando nosotros la decisión de no parar y continuar en el grupo hasta que éste nos llevó a las duras rampas del puerto de Costur. Este puerto nos recibe con 600 metros al 16 %, y os puedo asegurar que esto duele y mucho.
Una vez metido en faena me quedo nuevamente sorprendido por dos cosas, una porque nadie se atreve a dar un "palo" y subimos lo mas despacio que podemos y la otra cosa que me sorprendió que nuevamente el Sargento se queda, ¿pero porque se queda? ¿que le pasa?.
Cuando estábamos terminando las rampas de gran desnivel, aparece el Sargento a mi lado y nos cuenta que dejó el plato puesto al principio del puerto y........uf... no había forma de quitarlo, creía que lo llevaba soldado nos decía con cara de asombro, mientras que nosotros nos reíamos de ver que el Sargento no cambia..........(nunca mejor dicho).
Después de esa rampa, el resto del puerto fue muy llevadero con una corta bajada hasta empezar a subir unos de los "cocos" del día: el puerto de Monte de Piedra a unos 44 kilómetros de la salida, este puerto es durisimo pues son tres kilómetros a casi el 11% con rampas mantenidas del 19% (decenas de metros) y puntas del 23% (pequeños tramos) naturalmente las rampas del 12/14/16% abundan. Cuando chocamos, si, digo chocamos,( pues no encuentro mejor palabra para describir como nos encontramos la primera rampa del puerto Monte de Piedra), nos quedamos todos clavados y nuestra velocidad descendió a 6,8 kilómetros/hora y nuestra vista dejo de ver mas allá de los 10 metros, pues en la primera observación vimos que el desnivel brutal que teníamos era un "entrante" de lo que rápidamente nos vendría y se mantendría por mucho rato. Estábamos a 6,8 kilómetros hora en una rampa del 16% , cuando de pronto nuestro inclinometro subió de dígitos al 17...al 18 al 19% y todos los ciclistas empezaron a bailar sus bicicletas haciendo ESES, creando una coregrafia dantesca y bajando la velocidad a 5,6/ o 5,8 Km/hora puestos de pie retorciendo el manillar de sus bicicletas y luchando a la vez con mantener el equilibrio y no golpearse entre ellos.
Para complicar mas esta situación, los músculos te avisaban de que no podían seguir el esfuerzo y reclamaban al cerebro que dejara de mandarle la repetitiva orden de SEGUIR..... y estos se revelan mandando sensaciones de tirones, cansancio y dolor.....si de dolor. Mi mente luchaba por momentos con bajarnos de la bici o con seguir con la idea de pedalear hasta........... el final, y recibiendo visiones de como otros compañeros de esfuerzo escogían bajarse de la bici y dejar de sufrir físicamente, pues me imagino que mentalmente después de uno bajarse, la moral quedará rota por completo..........
En las rampas mas duras, puesto de pie sobre su bici, El Sargento empezaba a sacar unos metros a todo el grupo, en la zona mas dura el era el mas fuerte entre nosotros y del pequeño pelotón que estábamos en esos momentos compartiendo la experiencia de la tremenda subida del Monte de Piedra.
Yo deje de pensar y me quedé en blanco,... sé que estaba asustado, pues nunca había subido tanto desnivel y nunca había estado tanto tiempo por encima de lo que yo creía era mi limite de esfuerzo, sé que estuve mucho rato debatiendo conmigo mismo por bajarme de la bici, pues mi 34 x 28 (yo creía que con él se podía llegar al cielo) no daba mas y en mis piernas hacía mucho rato que solo notaba el dolor que tenían, pues fuerzas creo que no quedaban ninguna..... Pero no recuerdo mas que los primeros 100 metros de esas durisimas rampas o quizás en vez de 100 fueron 200 o poco mas........pero no se como ....no se cuando, si tardé mucho, si me pasaron muchos o pasé yo a otros, vi que de pronto el Abuelito pasaba al Sargento pues estábamos bajando ......... ¡¡¡Habíamos terminado la subida al Monte de Piedra!!!, habíamos resistido, habíamos ganado la partida al monstruo,.... me sentía con ganas de llorar de alegría y con rapidez iba cogiendo conciencia de lo que estaba haciendo y aunque seguía teniendo miedo por lo que acababa de vivir, había una sonrisa en mi boca que se empezaba a pronunciar...... y la idea de que si este puerto no te había parado ya, los otros puertos no podrían hacerlo.......¡¡¡Al ataquerrr!!!
En Grupeta subimos el siguiente puerto Maestrazgo a ritmo tranquilo, sin pausas, pues el recuerdo del puerto anterior, creo que serenó las ganas de batallas de todo el pelotón.
A esta altura sin referencias de la situación que tendríamos dentro de todos los ciclistas que habíamos salido, me dedique a crear hipótesis de cuantos podría ir por delante y en que posición estaríamos nosotros. Después de darle vueltas, pensé que podría haber unos 300 ciclistas por delante nuestro pero fui incapaz de saber que diferencia de tiempo nos podrían llevar.
Después de una cortisima bajada, empezamos la subida del puerto mas largo y alto de la Titánica, el puerto de Benafigos, donde en su cima habría un control de tiempos (control de paso) y los ciclistas que no pasen en un tiempo establecido quedarán eliminados. Eso era uno de los atractivos que me habían traído a esta cicloturista, sentir presión con el tiempo para sacarte la parte mas deportiva que llevas dentro.
Hice números mentales y vi que pasaríamos el control con bastante diferencia, por lo que se lo comuniqué al Sargento y al Abuelito para que no gastaran demasiadas energías intentando coronar este puerto, pues el tiempo de paso ya no nos apremiaba. Quizás esto fue uno de los errores que cometimos, pues dejamos que el grupo numeroso con el que subimos mas de la mitad del puerto, al decidir bajar ligeramente el ritmo dejamos que se escaparan gran parte de este grupo (por no decir que nos descolgamos de el) y seguramente perdimos un tiempo maravilloso, porque a partir de aquí ya nunca rodamos en un gran grupo, si no en pequeños grupos donde casi todo el esfuerzo lo teníamos que hacer nosotros.
Pasamos Benafigos y su control de tiempo y nuestra moral había subido muchísimos enteros, en algunos momentos podría decir que estábamos eufóricos.
La Bajada de Benafigos se hizo sin problemas y cogiendo a algunos ciclistas que habíamos dejado escapar en los últimos kilómetros de ascensión y formando con ellos una pequeña grupeta que nos llevó a la entrada del siguiente puerto, Chodos, con su asfalto ...digamos inexistente, y baches por doquier,,...grava suelta (que suerte solo había que subirlo, porque si hubiera que bajarlo...seria muy peligroso), y ¡como no! super rampones a gogo, del 12/14 % en rampas cortas de 50 metros .....cada dos por tres,..... que rápidamente hicieron que me olvidara de la alegría, que perdiera la euforia y que aparecieran nuevamente los fantasmas del miedo y los dolores musculares a mis piernas.......y la incertidumbre a mi mente, al volver a darme cuenta de la dureza del trazado, haciéndome entender que esta etapa no se entrega hasta que pases la linea de meta.
El puerto de Chodos nos volvió a dar un palo, a la moral, a la energía, a las fuerzas físicas, y nos llenó de miedo e incertidumbre pero logramos coronarlo y en los primeros kilómetros de la bajada en el avituallamiento, paramos para recomponernos un poco moralmente, psicologicamente y físicamente
.
Hablamos unos minutos con los compañeros mientras que unas coca-colas intentaban darnos "La chispa de la vida" para poder afrontar todo lo que aun nos quedaba.
La bajada ahora se alternaba en kilómetros de bajada con trozos de falso llano y algún ligero repecho para seguir nuevamente bajando. Bajada segura sin curvas peligrosas y con un firme en perfecto estado y una inclinación no demasiado acentuada lo que hacia que dar pedales era practica habitual en los kilómetros de esta bajada.
Cometimos un nuevo error al volver a parar en otro avituallamiento y dejar escapar al pequeño grupo que habíamos formado en la bajada, lo que nos dejó aislados y a partir de ahora, todo el trabajo lo tendríamos que hacer solos hasta que pudiéramos encontrar a algún grupo para hacernos fuertes con ellos. Una larga distancia de 80 kms nos separa de la meta por lo que esto nos volverá a hacer mucho daño y seguiremos acumulando castigo.
A relevos y con determinación, el Sargento y el Abuelito a buen ritmo, empiezan a quitar kilómetros que nos separan de la meta, yo a rebufo de ellos me mantengo como puedo, pues el ritmo es constante y alto ya que ellos son "pareja" en el club, pues normalmente siempre van juntos por lo que su entendimiento y compenetración es grande.
El tramo que nos lleva a la base del penúltimo puerto el de Esparraguera, tiene mas de una rampa escondida que nos hace ponernos mas que colorados....je,je.
La pareja sigue cada vez mas encendida y pedalean con mas fuerza y ritmo y cuando comienza la subida a Esparraguera, empiezan a subirla a plato y suben el ritmo cuando ven a algunos ciclistas en el horizonte y poco a poco van cogiéndolos y rebasándolos, hecho que ocurre varias veces y puedo observar que los ciclistas que pasamos andaban muy cansados quizás habían medido mal sus fuerzas y ahora eran presa fácil para el ritmo fuerte que mis compañeros estaban imponiendo. Los ciclistas que eran rebasados no podían cogerse a rueda y formar grupeta con nosotros y el Sargento no quitó plato hasta que faltaba un kilómetro y poco para coronar el puerto y desde allí volvieron los dos a pedalear a tope entrando a relevos otra vez el Sargento y el Abuelito, quedándome yo a rebufo nuevamente pues mis fuerzas eran muy limitadas y me abrumaba la idea de volver a subir un nuevo puerto pues mis fuerzas estaban bastante agotadas.
En el descenso de Esparraguera, al principio del ultimo puerto de la marcha, el Alto de Bandereta la velocidad era alta y el nivel de esfuerzo también, yo pensaba que si seguía con ellos me podría quedar sin fuerzas para la subida de la Bandereta, puerto que nos habían comentado era un hueso, porque tiene rampas del 15% y nos pilla con 150 kms en las piernas y nos podría dejar clavados si no guardábamos algo de energía para poder enfrentarnos a el.
Mi pareja de compañeros estaban muy enardecidos y muy metidos en el papel y no quería conservar mas energías que las imprescindibles, por lo que nos tocaba a todos apretar los dientes y pedalear duro, máxime cuando vimos a un pequeño grupo de ciclistas en el horizonte, ¡¡a por ellos!! a volar toca.
Justamente al entrar en la primera rampa del puerto de Bandereta contactábamos con la grupeta que había marchado por delante.
Empezamos a subir y rápidamente veíamos que eramos incapaces de seguir el ritmo. Nuestro esfuerzo en la bajada y llaneo había sido demasiado alto y ahora en la subida, al Abuelito y a mi nos costaba mucho seguir el ritmo que el Sargento nos imponía, sobre todo en las partes de inclinación de dos dígitos, pues cuando las rampas bajaban nuestro nivel de subida seguía siendo bueno pero cuando la inclinación era seria nos quedábamos literalmente clavados.
También de la otra grupeta explotaban y algunos seguían con nosotros y otros desaparecían como si se los tragara la tierra.
Como no podía ser de otra manera, ..... de pronto estalló un tormenta, de esas de truenos y relámpagos, y la lluvia tomó la iniciativa y nos mojó en segundos, provocando un examen repentino a nuestra decisión y determinación de seguir. ¿Quieres seguir sufriendo?....."Ahora que estas mojado, cansado, dolido, y te vas a tener que enfrentar con un puñado de rampas del 12/14/15% mas en estos 3 últimos kilómetros que faltan , ¿crees que puedes hacerlo?, "bájate y descansa, abrígate, colócate el impermeable, bebe y come y deja el esfuerzo para otro día.......ya estas demasiado mayor y cansado para seguir". Todo eso pasaba por mi cabeza, todo eso y mucho mas que creo que los que montáis en bici sabéis que nos ocurre y padecemos muchas veces, y que prefiero no comentar ahora........ son esos momentos que uno se encuentra solo con uno mismo y sus miedos....y ambos son enemigos muy duros y difíciles, pues conocen todas las debilidades que tenemos escondidas y reservadas y que no nos gusta hablar con nadie, ni con los mejores amigos y algunas veces ni con nosotros mismos......
Pues todas aparecieron ..........y luché, y me esforcé y redoblé el esfuerzo una y otra vez y pensé en todos vosotros, incluso en los que no conozco y noté el apoyo de mis amigos en la distancia y también vi la sonrisa de mis "menos amigos" y ......... ambas imágenes me dieron fuerzas, o mejor, me dió la determinación de seguir , de seguir , de seguir hasta el final, hasta que .........hasta..... el final.
Miré la subida con la esperanza de ver el final para recibir algún estimulo, si podía ver que mi sacrificio y esfuerzo tendrían fin y éste esperaba que estuviera próximo, pero como siempre, lo que ocurre en estos casos, es que ves como la carretera dobla a la derecha y coge una inclinación espectacular y avanza por la montaña hasta que se pierde de tu vista, produciendo un efecto aterrador en tu cabeza,.......¡.hostia que inclinación!, si ahora estoy subiendo al 8% y voy con el 34x28 a 11,5 Kms/h.. En esa subida no tengo mas piñones para enfrentarme a ella y tiene que tener una inclinación del 14/16 % , ¡esa subida me mata!, en esa se termina mi historia en la Titanica.........¡¡¡¡¡No...no!!!
Me resigné y seguí pedaleando con la determinación de bajar el pedal hasta que no pueda mas y no pensar en nada mas, por lo que agaché la cabeza, miré mi rueda delantera y no quise saber de nada ni de nadie, solo en dar una pedalada mas, una pedalada mas,........una pedalada mas, otra mas, vamos otra mas......
Me fui "anestesiando" pero seguía bajando el pedal, aunque observé que mi Garmin marcaba un 12% en vez de la inclinación que pensaba iba a tener esas rampas y también por desgracia vi que la velocidad llegaba a 9 kms/h y a veces a 8,4 km/h, dentro de poco me caería de la bici a esta velocidad, dentro de poco estaré haciendo equilibrios ........Levanté la vista, quité la visión exclusiva de mi rueda delantera y vi a un señor a unos 50 metros y grité : "Oiga ¿sabe cuanto falta para terminar el Puerto?",... El señor me levantó la mano derecha en señal de "Después te lo digo" ....me enfocó con una maquina de fotografía, disparó y me señaló inmediatamente a un letrero que decía "FINAL DEL PUERTO" ,.....¡que frase mas bonita!, ¡que cosa mas preciosa! .........Si, inmediatamente mis ojos soltaron dos lagrimas que corrieron por mi mejilla hasta caerse de mi cara , de mi garganta salio un ruido que creo era un sollozo y miré al horizonte y orgulloso me dije : ¡¡Le he vencido!!, ¡¡Le he vencido!!
La bajada, con la calzada mojada de la lluvia, hacia ser cautelosos, pues después de tanto esfuerzo tener una caída seria lo ultimo que nos gustaría tener, por lo que fuimos muy prudentes y solo nos dejamos caer.
Con el descanso de la bajada recobrábamos el aliento y recargamos fuerzas, pero teníamos que contener la euforia al ver que la ultima gran dificultad se había terminado, era tal el estado de alegría, que yo mentalmente me fui literalmente de la prueba y solo pensaba en llegar a meta y abrazar a mi mujer y fundirme en un abrazo con mis compañeros de fatiga, era lo único que quería , mi cuerpo no quería mas esfuerzo pero si quería obtener y vivir los momentos que vienen después de cruzar la meta........ ¡Quiero terminar y quiero celebrarlo!
Me acuerdo de Rocky cuando termina el combate y llama a su mujer, solo grita el nombre de su mujer para hacerla participe de su victoria..... pues yo en esos momentos quería ser Rocky........
Bueno, bueno, me centro un poco en volver a intentar relatar lo que queda de etapa (es que se me va un poco la olla al recordarlo.......,fue....,fue..fantástico)
Llegamos a un pueblo (no me acuerdo como se llamaba) en el final de la bajada del puerto de la Bandereta y había un avituallamiento, apenas teníamos ganas de nada ,salvo de decir a todos que habíamos vencido todos los inconvenientes de la Titanica y por eso creo yo que paramos y como nosotros habían algunos ciclistas que hacían lo mismo ......que si la dureza era excesiva, que si los cierres de control, que si la lluvia, que si....... Nada.... que habíamos vencido a la Titanica y solo queríamos hacer participes a otros de nuestro éxito....nada mas....y creo que teníamos derecho a esos minutos de gloria, pues nos los habíamos ganado a pulso .....si, ¡Si señor!.
Cuando fui capaz de tener los pies en la tierra nuevamente, solicité a mis amigos que volviéramos a la ruta y diéramos los pedales que faltaban para llegar a meta. A fe que los dimos pues el Sargento y el Abuelito se pusieron a tirar a bloque como si quisieran recuperar el tiempo perdido en el avituallamiento (quizás hasta lo consiguieron) y prácticamente volamos hasta llegar a Cabanes, donde nos encontrábamos la ultima subida que, aunque la ruta no consideraba puerto a esa distancia algo mas de un kilómetro de pendiente al 6% se hacia notar, pero tengo que decir que creí en momentos que estos dos eran capaces de subirlo a plato pues el ritmo de subida fue considerable y los 18 kms/hora decían claramente que para estos no hay ruta que se les resista.
La bajada del Puerto de Cabanes fue mas bien un vuelo rasante, máxime que el Abuelito había visto en el horizonte la figura de un ciclista en la lejanía y estaba dispuesto a recortar la distancia bajando (el es un consumado bajador) y se lanzó a la caza.
Al Sargento, menos hábil en las bajadas que el Abuelito, le costaba seguirlo por lo que el Abuelito no podía entregarse a bajar dando todo lo que podía pues rompería el grupo. Sin embargo se hizo muy rápido y llegamos al desvío de carretera (nos adentrábamos en una carretera pésima de asfalto) y en el llano de ésta a pesar del mal estado de la misma, el abuelito tira como un poseso y logra contactar con el ciclista, en esos momentos pide al Sargento que haga el relevo y lo lleve hasta Marina D´or. El Sargento inmediatamente atiende la petición y prosigue con el esfuerzo hasta la misma entrada a Marina D'or atrapando por el camino a otros dos ciclistas mas jóvenes que ellos, pero en esos momentos nuestra pareja andaban "poseídos" de una fuerza y de una entrega inimaginable, iban extremadamente crecidos.
Los pequeños badenes de Marina D'or hacen ser prudentes y los ciclistas que venían a rebufo demarran y dejan a nuestro grupo en pos de una mejor clasificación (estas cosas son como son) al tomar la ultima curva de derecha vimos la meta y el Abuelito tendió la mano a su compañero de fatigas y buen amigo Manolo, El Sargento de Hierro, para entrar ambos juntos, tal como habían realizado juntos el proyecto, los entrenamientos y la etapa
Nada mas que pasar la linea de meta Manolo se bajó y levantó al cielo su bicicleta como señal de Victoria.
Mientras yo intentaba ocultar una lágrima que se escapaba por mi mejilla, también intentaba mantener la tranquilidad y restablecer mi entrecortada y emocionada voz, mientras que por dentro de mi, estallaba un volcán de satisfacciones y alegrías, ¡Que recompensa tan bonita!, que momentos mas grandes, ....esos de verte que ya no puedes mas .......... y tu dices.......sigue, sigue, sigue,... yo creo en ti, tienes que seguir,.... y tu lo haces, bajas el pedal, ignoras el dolor de tu basto externo, el dolor de tus isquiotibiales y bajas el pedal una y otra vez hasta que cruzas la meta.....la tan soñada meta.
Semanas mas tarde no sabes si cuando cruzaste la meta fue el momento que naciste o el momento que moriste. ¿porque?........ porque esa raya marca el final de tu esfuerzo, de tus entrenamientos, de tu ultimo sueño, ese que te llevó tantos meses de esfuerzo, de cuidados y mimos. Pero también esa raya fue donde tu carácter cogió el temple de los aceros, temple que fue cogiendo cuerpo en cada rampa, en cada puerto, en cada metro de la TITANICA, esa ruta que te hizo sentir dolor, esa ruta que me dijo varias veces que estaba por encima de mis facultades, esa ruta que me "intentó jubilar" de la practica deportiva, esa ruta que creí en mas de un momento que podría conmigo y al cruzar la raya de meta sé ahora que mi voluntad y determinación fueron mas grande, que mi limite físico y mental está mas lejos.........
Gracias TITANICA, este día lo llevaré siempre conmigo,.... hoy me hicisteis sentir,....sentir que estoy vivo, que amo, sufro y quiero, sueño, y deseo.....Que el ciclismo es algo que te entra en el cuerpo y es como las drogas, nunca tienes bastante y siempre quieres mas.
Aunque en la meta me juré varias veces no volver a intentar hacerla, después de varias semanas de distancia empiezo a pensar que...............
¡¡Esto no tiene arreglo amigos!!