Las ultimas salidas del club ciclista Avispero,destacan por la gran participación de sus componentes. Salimos a dar pedales unos 30 o mas ciclistas
(la verdad es que nos cuesta encontrar un lugar donde poder sacarnos una foto
todos juntos, y desde hace tiempo tampoco cuento cuantos ciclistas salimos en
cada salida……muchos, muchos).
El club esta formado
por ciclistas de competición, ciclistas que aspiran en competir, triatletas,
cicloturistas que andan mucho y cicloturistas puros y duros……y algunos menos
duros. Un club muy diverso que gracias al buen rollo podemos y nos llevamos
bien entre todos, formamos una buena peña compartiendo este mundo de las dos
ruedas y haciendo posible convivir ciclistas con intereses tan diversos.
Si habéis leído
alguna crónica de este Blog de la Avispa, desde el primer capitulo manifiesto
que los protagonistas son mis compañeros, no yo. Realmente, escribo de ellos, de
sus hazañas y de sus superaciones, manteniéndome yo en un “segundo plano”. En
esta ocasión y sin que sirva de precedente, voy a escribir sobre mi visión de la
etapa, o sea, que seré yo esta vez el protagonista principal…….¡¡Que rubor!!,
Allá vamos.
El punto de reunión era el aparcamiento del ambulatorio de Maspalomas. Habíamos
quedado en encontrarnos todos y salir
desde allí. Cuando llegamos había ya muchos compañeros preparados y sufriendo
el frío de la mañana. Un frío intenso, difícil de comprender estando en Canarias
y en la zona mas calurosa de la isla, pero hoy el frío era dueño de las primeras
horas de la mañana.
Nos preparamos y
comenzamos la ruta sin demora. Nada mas que empezar a rodar, apreciamos que el
ritmo era elevado o muy elevado desde el principio.
La fila doble se hizo
rápidamente y en pelotón, avanzamos con mucha rapidez por la ruta desde
Maspalomas a Arguineguin. Ruta llena de toboganes, que hacia que en cada subida
nos esforzáramos por no perder rueda.
Adelantamos en este
tramo a un grupo de extranjeros que avanzaban a una velocidad muy inferior a la
nuestra, yo llegue a pensar cuando los pasamos, en los comentarios que habrían realizado al vernos, y se me ocurrieron todos los que podéis pensar, incluso
los graciosos como podéis imaginar.
Al tomar la rotonda
del Pajar, me di cuenta que el ritmo era muy, pero que muy serio y tomé la decisión
de aguantar todo lo posible, pues debía de darme algún “palito” de vez en cuando
si quería progresar, de hecho, había hablado con el Sargento que debíamos trabajar en intensidades, aunque fuera en trozos de nuestras etapas, para poder
seguir progresando de cara a la QH.
No quería hacerme
daño pensando en mis compañeros que sabia, no podrían resistir el ritmo que la
cabeza pondría en los durísimos repechos hasta Mogan,…. Solo pensé en el Sargento, Julián D. “El Faisán” y en mi. Deberíamos esforzarnos para ir
mejorando nuestra puesta a punto antes de la QH.
Conforme avanzamos
por la costa, el ritmo cada vez era mas intenso y empezaba a ser divertido eso
de pensar solo en ti,..
Subo piñón,…bajo piñón, ….de pie
bailando la bici, mis pulsaciones andaban entre el 85/88% de mi capacidad,
estaba gastando todo mi glucógeno en seguir la rueda. El Pelotón trepaba los
repechos a una velocidad endiabladamente constante y rápida, no había tregua, quien no podía, desaparecía en segundos de la vista del pelotón. Nos acercábamos
al último repecho duro antes del cruce de Mogan y sabia que si aguantaba, podría
decir que el “palo” había merecido la pena, pues ya llevábamos poco mas de una
hora de “sufrimiento”.
La media de velocidad de 30,2
km/hora en un terreno ascendente y para un máster 50, (recuperado de las “cloacas
del destrozo físico y orgánico” después de 15 años de inactividad deportiva y
en solo 5 años de reconstrucción), me hacia esbozar una sonrisa algo
desdibujada por el esfuerzo que estaba haciendo por seguir la rueda a un grupo
de ciclistas (donde se encuentran 3 o 4 de los mejores 20 ciclistas de Canarias y
muchos otros ciclistas que actualmente mantienen un nivel deportivo altísimo, rozando el nivel competitivo). Esto que comento, lo digo y lo dicen otros
acreditados compañeros, lo que hace mas importante mi logro, y el de mi
compañero Manolo, “El Sargento” pues estábamos en un trazado que por Km era mas
duro en desnivel que el porcentaje de subida por kilómetro que nos
encontraremos en la QH y aunque esto significa poco,……¡significa, ….creo que
muchos me entenderéis (es saltar la primera valla…aunque quedan 49 vallas
mas….).
Subiendo ese ultimo repecho que
me había puesto como objetivo final, empecé a ver a algunos compañeros
retorciéndose en la bici,…..yo también, pero esto me decía que algunos
compañeros que son “competidores” el ritmo les hacia daño, a mi también, pero
empecé a animarme al ver que chavales de poco mas de 20 años empezaban a dar
muestras de no poder seguir el ritmo y pensé que aunque yo estaba ya a una intensidad
del 94/96%, seguía teniendo ganas de lucha y no quería renunciar a seguir dándome
“caña”, es mas ver el sufrimiento de la gente, me hacia sentirme mejor, mas
fuerte….( perdonarme……pero es cierto, es lo que sentí).
Estaba concentrado en el esfuerzo, cuando de pronto, la voz de Alexis “Hermano mayor” me dijo, “ esto es una carnicería”
¿Cómo? “Que esto es un carnicería”, a este ritmo no está quedando nadie”.
Entonces mire para atrás y vi que salvo Paco , el Sargento, Ale (el Júnior) , Miguel Ángel, Tana, Bruno, Alexis,
Gustavo, Adrián , Atilio, Ivan, Dani, Pedro, Mateo, y Kevin (creo que he
mencionado a todos los que eran……),los demás que no son pocos, habían desaparecido
de la contienda.
Después de valorar rápidamente el
daño causado, decidí dejar la contienda y volver a intentar reunir a todos mis
compañeros que seguro andarían cada uno a 50 metros del otro y
marchando cada uno…… en solitario. Por mas que les digo que es mejor marchar en
grupo, ellos creen que es mejor sacarle unos metros al compañero, para demostrar
…,¿ que van a demostrar?....... o seguramente, lleva razón un compañero que
me dijo que este comportamiento es el comportamiento de los “supervivientes”, o
lo que es lo mismo, cuando el ritmo es fuerte, muchos solo piensan en “sobrevivir”,….en
pocas palabras: piensan solo…. “en uno mismo”, por lo tanto.. no piensan lo que seria mejor para todos a medio plazo, …viven el momento y ……punto.
Bajé el ritmo y el Sargento hizo
lo mismo. Quedamos esperando que los mas cercanos llegaran a nuestra rueda,
Paco , Ale, José, fueron los primeros que inmediatamente hicieron grupeta con
nosotros, poco mas tarde llegaron Gerardo y Juan con José Alberto y decidimos
parar a esperar y hacer pelotón nuevamente.
Una vez reunidos todos los
componentes, iniciamos la marcha con dirección a Mogan pueblo, intentando
afrontar con armonía de equipo, el principio de la mayor dificultad del día: el
puerto de categoría especial, el puerto de Tasartico.
Nada mas empezar a dar pedales, Paco y Ale se adelantan, ellos quieren como siempre, medirse subiendo y
demostrar que en esto de subir son
buenos, y rápidamente se marchan de la compañía del grupo. Antes de llegar a
Mogan, donde podríamos decir que a la salida del núcleo de población empieza la
subida, ellos ya desaparecieron de nuestra vista.
Cuando llegamos a la salida de
Mogan y empezamos a subir el puerto, nos encontramos con un grupo de extranjeros
que andaban por delante perdiendo terreno con respecto a nuestro ritmo. Rápidamente, Jose S. sale de nuestra compañía y llega con facilidad al grupo de extranjeros
para, inmediatamente, intentar marcharse de ellos. El sargento y yo quedamos
vigilantes de las acciones que se estaban desarrollando, observando que algunos
de los integrantes del grupo de extranjeros se marchaban tras la rueda de Jose
S., por lo que entendíamos que la “batalla estaba servida”.
Una vez que rebasamos al grueso
del grupo de extranjeros, vi que el sargento tenia el animo muy alto y quería unirse al grupo de cabeza, a José y dos ciclistas que andaban muy cerca de el. Yo valoré la situación, dándome cuenta que habíamos dejado clavado a nuestro
grupo y marchábamos solos tras ellos, eramos espectadores de excepción en este
duelo internacional ,…hasta que vi como otro integrante del pelotón que habíamos
rebasado, hacia un esfuerzo y se colocaba a mi rueda.
Poco tiempo mas tarde, Gerardo y
Juan A. nos pasaban con un enorme ritmo, demostrando su gran potencial en la
escalada y sin dejarnos ni pensar en cogerles rueda, mucho gallo para nosotros.
Rápidamente se largaron hasta la cima.
Tras un análisis, decidí que la
situación estratégica era para tener en cuenta que aun no habíamos llegado a la
mitad de la etapa, por lo que el gasto de energía que podíamos realizar ahora, podría faltarnos después a la vuelta. También valoré que mis cualidades físicas
me hacen ser precavido en las subidas y desarrollar mas potencial en el llano o
en los toboganes que estarían plagados de ellos a la vuelta, por lo tanto, lo mas
sensato seria mantener una estrategia defensiva en esta subida.
Ir a rueda era mi misión, el 34 x
21 y el 34 x19 entraban y salían de la cadena con velocidad y eficacia
comandados por mi DI-2. Pensé :¡que maravilla! este grupo electrónico, me está haciendo un gran trabajo, pues sabia que debía de subir con cadencias altas y no
trabarme gastando demasiadas energías usando desarrollos demasiados altos, porque todo el camino de regreso, necesitaría la energía que ahora estaba
cuidando en no gastarla.
Habíamos subido mas de la mitad
del puerto y a Jose S. empezaba a notarse que acusaba el tremendo ritmo que se
había impuesto desde el primer metro. Los dos extranjeros lo atrapaban y sin esperar ni un segundo, empezaban a sacarle metros.
Esta imagen hizo que el Sargento
redoblara sus esfuerzos y aumentara el ritmo, sometiéndome a un esfuerzo extra
para poder seguirlo, el ciclista extranjero que llevaba a rueda, jadeaba por el
esfuerzo, yo empezaba a entender que éste no podría aguantar mucho tiempo, pero
me salían dudas si yo podría aguantar el tremendo ritmo que “el sargento” había
impuesto en la subida, pues estaba acortando con facilidad la distancia entre José
y nosotros.
Manolo “el Sargento” estaba desatado y su
ritmo era asfixiante, me estaba torturando en los kilómetros mas duros de la
subida. Atrapamos a José S. y acortó la diferencia con el grupo de extranjeros dejándo la diferencia en menos de 50
metros y haciendo que el ciclista que formaba nuestro trío
empezara a descolgarse de nosotros.
El esfuerzo era tan grande, que
tuve que decidir hacerle un elástico al sargento porque su ritmo era durísimo. Estaba claro que Manolo iba a por todas y no se quería conformar con quedar el
tercero, quería mucho mas.
Cuando Manolo notó que yo no podía
seguirle, bajó el ritmo y me “dio la rueda”, yo le dije: tranquilo voy bien, pero
hay que soltar las “riendas” cuando la pendiente baje, ….todavía no.
Efectivamente, llegó el ultimo
repecho duro y lo acometimos con fuerza. Yo subí mi desarrollo hasta meter el 24
y mantuve una cadencia alta, Manolo como de costumbre, usó su tremenda fuerza
para superar el escollo, pero se clavó un poco mas de lo esperado o quizás, yo subí
mas alegre, haciendo que cambiaran las tornas y pasé a tirar de él en los últimos
metros de las rampas duras, entrando en la pendiente menos pronunciada donde
fijé en mi objetivo capturar al dúo de ciclistas que andaba un poco por delante
nuestra. Cargué el plato y le indiqué con mi dedo índice al sargento que
cogiera mi rueda.
El viento era fuerte, por lo que
me cogí a la parte baja del manillar y apreté los dientes. Tiré con todo lo
que tenia y en pocos metros, adelantamos al grupo de extranjeros que no pudieron
discutir nuestra presencia, pues estaban rotos del esfuerzo mantenido con
nuestro compañero José S.
Llegamos al mirador y el Sargento
y yo chocamos las manos. Una vez mas, habíamos realizado un trabajo de equipo
perfecto. Habíamos llegado muy cerca de Gerardo y de Juan, que a priori, son
mucho mas fuertes que nosotros, lo cual hacia entender la buena subida
que habíamos realizado.
Esperamos hasta que llegaran
nuestros compañeros y comenzamos la bajada. Nada más iniciarla, vimos que Julian
D. estaba terminando la subida, error por nuestra parte, porque creíamos que se
habría dado la vuelta y lo encontraríamos en Mogan.
La bajada la hicimos tranquila, aunque para algunos vamos demasiado rápidos, y se molestan porque les saquemos
unos segundos, cuando ellos subiendo nos meten unos minutos…..¡que le vamos a hacer! es el espíritu de competición que algunos aun tienen.
Avanzamos poco a poco por los
toboganes y claramente, vi que el equipo estaba con muchos integrantes bastante
cansados, salvo Gerardo, Juan A. y Manolo “El Sargento”, veía que todos los
demás acusaban bastante el esfuerzo. Salvo Paco, por su espíritu competidor que aun no
se rendía y Javier, que guardaba sus energías con sabiduría, los demás andaban
un tanto justos de fuerzas y el terreno de tobogán es ideal para las emboscadas
y ya sabéis ...el “hombre del mazo” en cualquier curva acecha para dar su golpe.
José S. estaba realizando su
mejor etapa en el club, empezaba a estar cansado, su ambición y esfuerzo en
el día de hoy, había sido grande, pasara lo que pasara, tenia que sentirse muy
contento.
Para muchos de mis compañeros, esta
etapa era de las más duras o las más dura que habían realizado nunca. Primero, por la distancia y segundo, por el ritmo infernal de la primera parte. Todos
debíamos de estar contentos.
En los últimos 15 kms, intenté forzar la marcha “picando” a algunos compañeros para que salieran a gastar sus energías
y terminamos nuevamente Gerardo (el mas fuerte) Juan A. Manolo “el Sargento”,
Javier “El Paisa” y yo, adelantándonos a la “meta” donde nos esperaban ya el equipo A
que como siempre, habían volado y ya estaban aburriéndose de esperarnos.
Los kilómetros finales nos
enseñan quien supo guardar y quien gastó más energías de las necesarias.
Buena etapa, como siempre que
hacemos este recorrido, enorme diversión, y un gran recuerdo en las mentes de
todos.
Gran día de ciclismo, de
esos días de palos, de los que cuando terminas te “duelen las patas” (diría Pedro
Delgado) y el pecho parece que te hierve de tanto meter aire y expulsarlo. Un
día atípico para mi, que siempre voy detrás con los compañeros que mas me
necesitan. Hoy fue distinto y preferí hacer las cosas al revés en gran parte de
la etapa. ¡No soy perfecto!, soy compañero pero también me gusta sentir el
ciclismo en estado puro y como dice Bruno: ¡¡que seria el fútbol sin goles!!,
pues el ciclismo son ¡¡demarrajes y golpes de mano, son palos y mas palos!!